Pensábamos que podríamos llegar a Paris por el norte, cogiendo tren desde Pontorson hacia Caen... pero no resultó: al llegar a Folligny decidimos coger el primer tren que llegara... y resultó llevarnos de nuevo a Rennes. Allí cogimos nuestro primer y último TGV... Es tan cómodo que sólo nos dimos cuenta de que iba muy rápido por la hora a la que llegamos a Paris: tardamos sólo dos horas!
Llegamos a las 8, al atardecer, y nos fuimos a tomar un café bien cargado. ¿Dónde íbamos a dormir? ¿Qué íbamos a hacer? Hasta ahora el viaje lo llevaba perfectamente planeado, pero Paris es prácticamente imposible de planear si no se sabe exáctamente qué días y cuántos íbamos a pasar allí... y eso en un interrail es casi imposible. La tourist info estaba ya cerrada, así que nos compramos una guía y nos pusimos a buscar algún hotel... y se nos hizo de noche. Llegamos a la conclusión que para lo poco que íbamos a estar en Paris valdría la pena no dormir... waw, me alegro de que no encontráramos hotel esa noche, porque para mí fue la más maravillosa de todo el viaje.
Dejamos las mochilas en las consignas de la estación y nos fuimos hacia Notre Dame, dimos un laargo paseo por todo el río hasta el Louvre y continuamos por les Champs Elysées. Al llegar al Arc du Triomphe ya eran las 4 de la mañana y ya habían apagado las luces de los monumentos...snif. Cuando llegamos a la Tour Eiffel descubrimos que era un enorme monstruo imponente y oscuro... nos dejó sin respiración.
Tras un merecido descanso en uno de los banquitos de Trocadero empezó a hacer un frío horrible, y supusimos que no tardaría mucho en amanecer. El metro abrió a las 6 y el calorcillo nos devolvió a la vida durante un ratito. ¿Dónde vamos ahora? Estaba clarísimo: a ver el amanecer sobre París desde el punto más alto: el Sacre Coeur de Montmartre. Por si no habíamos andado lo suficiente, subimos las empinadas calles del barrio más bohemio de Paris y por fin, en la cima, nuestros pies murieron.
Tras un merecido descanso en uno de los banquitos de Trocadero empezó a hacer un frío horrible, y supusimos que no tardaría mucho en amanecer. El metro abrió a las 6 y el calorcillo nos devolvió a la vida durante un ratito. ¿Dónde vamos ahora? Estaba clarísimo: a ver el amanecer sobre París desde el punto más alto: el Sacre Coeur de Montmartre. Por si no habíamos andado lo suficiente, subimos las empinadas calles del barrio más bohemio de Paris y por fin, en la cima, nuestros pies murieron.
5 comentarios:
Dioses como me moloa mi paris en mi primer interraikl, sobretodo el segundo albergue en el que estuvimos, donde la gente era la caña
Bueeno a ver si este año me da para hacer medio interrail mas, que es de verdad otra forma de viajar
Wooo! Me tienes que contar en que albergue estuvisteee! A ver si es verdad que te animas a hacer otro interraiil y nos encontramos por Europa este verano! ^^
A ver si hay suerte y el tiempo me deja, que se me pasa la edad para que sea baratito XD tengo unas ganas locas de irme de viaje, pero ya me queda menos para el primero de este año XD
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